Sunday, June 29, 2014

Estambul

Ha sido llamada de diferentes formas a lo largo de miles de años: Bizancio, el Refugio del Mundo, Tsarigrad, la Puerta de la Felicidad, Constantinopla, el centro del universo, La ciudad, Estambul.

El centro del mundo partido en dos, una pierna en Europa, la otra en Asia y las aguas del Bósforo que las separan.  Esta arteria cargada de barcos es la esencia de la ciudad y a la vez su perdición; sirvió de puerta trasera para los turcos que destruyeron sus murallas por allá un martes 29 de mayo de 1453. Pero parece que los paseantes, los comerciantes y los ciudadanos de Estambul que utilizan esta via de agua todos los dias parecen no percatarse de la historia que fluye por debajo de sus pies.

Desde la Antigüedad está ciudad puerto fue central en la economía del Mediterráneo y aun hoy lo es. Mercancías que van y vienen desde una esquina del mundo a otra, hombres de oficina, obreros y amas de casa cruzan de un lado al otro en los constantes ferris y comparten el paseo con turistas de todo el mundo que pagan fortunas por el mismo viaje.

Caminar por las calles de la ciudad y por las orillas del Bósforo es un viaje por la historia de esta aldea con más de 3000 años de antigüedad.  La boca de la ciudad esta sobre Europa, al otro lado del Bósforo encontramos Asia y al norte del casco original hay una lengua de agua conocida como el Cuerno de Oro que separa Estambul de Pera.

Muchas veces parecía que la ciudad misma tenia piernas: antes de la llegada de los turcos Bizancio era un punto de partida para los cristianos que querían visitar los santos lugares y a su vez una parada obligada para las exhaustas caravanas que cubrían la ruta de la seda. Luego de laconquista, la ciudad camino en otra direccion. Todos los años partian desde sus puertas las caravanas hacia la Meca, para completar el Hajj, que es una peregrinación que todos los musulmanes aptos deben hacer al menos una vez en su vida, y es uno de los cinco pilares del Islam. Por fervor religioso y a la vez para ganarse la obediencia de sus subditos, el Imperio Otomano se esforzó por presentarse como guardián de la religión; la protección de las caravanas y la construcción de mezquitas por todo el Imperio eran dos de sus baluartes. La congregacion de miles de personas que todos los anos salia desde las puertas de la ciudad iba acompañada por soldados y oficiales imperiales. Y en ocasiones especiales el mismo Sultán la acompañaba por varios kilómetros junto con el estandarte del profeta Mahoma.

Los largos brazos del Imperio debían alcanzar localidades alejadas a la gran capital. El emperador gobernaba regiones tan distantes y heterogéneas como Croacia, Macedonia, Egipto, Siria y Turquía. Para ello contaba con una burocracia profesional y por sobre todo con un vasto ejercito dispuesto a trajinar los miles y miles de kilómetros que separaban todas estas provincias en caso de revueltas; que no fueron pocas. Para conformar el cuerpo de elite del ejército, los temidos jenízaros, el gobierno secuestraba de muy pequeños a los hijos de cristianos y los entrenaba en las artes de la guerra hasta que alcanzaban la mayoría de edad. Este regimiento era el orgullo del Imperio. Pero no pocas veces la espada se volvio contra su portador. Los jenizaros eran propensos a las revueltas y cuando el descontento era mayor no tenían miedo en pasearse gritando: "donde está el hermano?", en alusión al hombre en la segunda línea de sucesión al trono. La residencia del Sultan y la cabeza del Imperio era el Palacio de Topkaki desde donde el emperador gobernaba sus millones de súbditos, impartía órdenes a todos los confines del Imperio y escuchaba en audiencia los reclamos de sus ciudadanos.

Un cuerpo no sería nada sin su espíritu y Constantinopla siempre tuvo uno. Como las manos de un anciano cubiertas de pecas, Bizancio esta salpicada de lugares de adoración a dios. Desde el Bósforo las mezquitas dominan el horizonte de norte a sur. Parecen infinitas y eternas pero no siempre estuvieron allí; muchas fueron construidas por los Sultanes para su demostrar su piedad ante los fieles del Imperio y otras por los ministros y mujeres del Emperador para ganarse su favor. Desde sus minaretes se repite cinco veces al día el llamado al rezo. No importa donde uno este, es imposible no escucharlo, es un murmullo que lo inunda todo. El rezo de los viernes, el más importante de la semana, es algo conmovedor: miles de personas de todos los extractos sociales se arrodillan, rezan y escuchan las palabras del Imán uno al lado del otro sin distinción alguna. A pocos pasos del palacio de Topkaki encontramos el alma sólida de esta polis. Haya Sofía. Construida como una iglesia en el siglo VI d.C., fue convertida en mezquita por el Conquistador. La escala y la bóveda central son imponentes y es imposible no sentirse diminuto ante esta increíble obra de arquitectura completada en menos de cinco anos. Al perderse por las arterias de la ciudad uno se encuentra con santuarios de muchas otras religiones que fueron toleradas por los gobernantes musulmanes: Iglesias ortodoxas y rusas, también armenias, sinagogas y sectas sufíes; todas se disputaron el fervor religioso de los estambulianos.

Pero todos los seres sufren de vez en cuando enfermedades, y Estambul no estuvo exenta de ellas. Luego de la conquista y hasta el día de hoy la ciudad sufrió severas dolencias que muchas veces parecieron terminales y para no pocos de sus habitantes lo fueron. Incendios, ataques externos y amotinamientos se cobraron su cuota de almas. En varias ocasiones también sucumbieron los poderosos, los embajadores, pashas y sultanes.

A pesar de que la época de gloria de Estambul quedo en el pasado, la ciudad se rehúsa a perder su encanto y conserva aun su inquietante atractivo.  Millones de turistas la visitan todos los años y Turquía sigue siendo un país de referencia y admiración para todos los musulmanes del mundo. Nuestros ojos tuvieron el placer de disfrutar de esta maravillosa ciudad por más de diez días pero es difícil transmitir todo lo que vimos y fantaseamos. El mejor consejo es que vengan ustedes mismos a desandar sus calles y a cansar la mirada en esta ciudad única, Estambul.

Friday, May 16, 2014

TURQUIA

Hace más de tres meses que dejamos de trabajar primero y más tarde nos fuimos de Australia para empezar a hacer lo que veníamos planeando desde hace mas de dos anos, viajar.

Con bastante retraso voy a tratar de ponerme al día.

Alrededor del 15 de febrero dejamos de trabajar en el tambo, y de la mano de mi querida mama y Luis, su novio, que vinieron de visita, salimos a hacer un viajecito por Australia. Desde Melbourne viajamos hasta Sydney en una camioneta. Fue un viaje único, de más de 1000 kms en menos de tres días y no podríamos haber tenido mejor compañía.

Unos días después y despedida de por medio de mama y Luis;  y como decía antes, después de casi un año de viajar, trabajar, hacer un volquete de amigos argentinos, australianos y de otros países, todo en la tierra de los canguros; encaramos la ruta.

La primer escala fue en Tailandia, país que ya conocíamos pero donde aprovechamos para relajarnos, disfrutar de la rica comida, las playas paradisiacas y los exquisitos licuados de mango.

Dos semanas después encaramos hacia lo que era nuestro destino real. Desde Bangkok tomamos un vuelo a Estambul.

Desde el principio el plan fue muy simple: desandaríamos el camino a tierra hasta regresar al exótico y noble Oriente, siempre y cuando el bolsillo nos acompañe.

Mas allá de algunos puntos de referencia y lugares obligados en el camino a los que queríamos ir, no arrancamos la ruta con ningún plan o itinerario pensado de antemano, ni hoteles reservados, ni pasajes de avión ni nada por el estilo. Solo un punto de partida, la plata que ahorramos durante un año trabajando en Australia, una orientación y muchas ganas de viajar y conocer.

Estambul era uno de esos puntos obligados en el mapa, por razones obvias, y la elegimos como nuestro punto de partida. No voy a explayarme demasiado sobre esta increíble ciudad, porque ya le dedicare un posteo aparte, solo voy a decir que estuvo a la altura de las más altas expectativas.

A la hora de tener que decidir donde dormir decidimos utilizar Couchsurf. Para los que no la conocen, Couchsurf es una red social al estilo Facebook pero especializada en contactar gente que este viajando, como nosotros, con gente dispuesta a alojar viajeros en su ciudad / pueblo natal. Esta útil herramienta no solo nos ahorro unas cuantas liras sino que además nos dio la oportunidad de conocer muchas personas increíbles y super amables que nos abrieron las puertas de sus casas, con no pocos terminamos siendo buenos amigos aunque también tuvimos alguna que otra experiencia regular; además nos dio una mirada más profunda sobre la sociedad turca, su historia, su política y su gastronomía, que nunca hubiéramos adquirido si hubiéramos decidido quedarnos en un hotel.

Los turcos nos dejaron una excelente impresión: son gente super amable, respetuosa, honestos y hospitalarios. Básicamente todo lo contrario al paradigma que se tiene en Argentina de los turcos como gente en la que no hay que confiar.

Lamentablemente si cuentan con 3 vicios: el cigarrillo, el té y la curiosidad.

El cigarrillo sigue siendo un habito que los turcos no han sabido olvidar a pesar de los aumentos de precio impuestos por el estado y las fotos macabras que aparecen en los atados. Se fuma tanto como se toma te. Hombres y mujeres, adolescentes y viejos se llenan los pulmones de tabaco y vaya uno a saber cuantos químicos y porquerías a toda hora del día y en cualquier lugar.

El té, es muy barato y se toma en todo momento, antes de las comidas, durante y después, y lo toman en unos vasitos que parecen el capullo de un tulipán. Generalmente se toma acompañado y no hay casa donde algún miembro de la familia no tome te, o chai como le dicen por estos pagos.

Además están muy interesados en saber de dónde venimos, que hacemos, de que trabajamos, cuantos hijos tenemos y demás. En general el turco medio sabe más de Argentina que nosotros sobre Turquía.

Por ejemplo los turcos no hablan árabe, ni son árabes, como quizás imaginaba antes de pisar Turquía,  hablan turco. El turco es un idioma que comparten más de 200 millones de personas extendidas por buena parte de Asia Central y en más de 20 países, pero es un idioma que para nuestra desgracia no hablamos ni un poco.

A pesar de eso nos sorprendió ver lo lejos que pudimos llegar en una conversación con menos de 10 palabras, buena voluntad y un montón de gestos. Lamentablemente cuando parecía que habíamos alcanzado cierto nivel tolerable de turco, entramos en el Kurdistán, con lo cual todos nuestros conocimientos idiomáticos volvieron a cero.

Mal que mal con algunos desencuentros y sorpresas desagradables, que en poco tiempo ya habrán madurado para convertirse en divertidas anécdotas, hemos visto lugares alucinantes y conocido mucha gente increíble.

Con los turcos creo que los argentinos compartimos esa sensación o ese anhelo de pertenecer y no pertenecer a un lugar, o de querer ser algo diferente a lo que uno es, tema central en el “Libro Negro” del  autor turco Omar Pahmuk . Al igual que muchos argentinos que todavía creen que Argentina está en Europa y que tenemos más en común con esas tierras lejanas que con Paraguay o Perú, muchos turcos sueñan con ser parte de la EUROPA. El viejo continente es el punto de comparación obligado a la hora de hablar de política, idiosincrasia y economía. Los turcos se reconocen como turcos, pero miran con anhelo y siempre desde una posición inferior a los europeos. Parecería que los últimos están al tanto de esto y juegan con sus expectativas, ofreciéndoles ser parte de la Comunidad Europea para luego poner objeciones y excusas a la hora de negar su entrada. Se podría decir que la sociedad turca, al igual que Estambul, no sabe donde ubicarse. Si es parte de Oriente, con sus bazares repletos de colores y olores, sus calles que nunca fueron planeadas sino que se formaron por entre los espacios que las viviendas y los comercios iban dejando, y todo el misticismo que Oriente conlleva, o si es parte de Europa.

El héroe nacional, Mustafá Kemal, también conocido como Ataturk, encarna esta patente contradicción. Militar que hizo carrera en los últimos anos del Gran Imperio Turco Otomano y que lucho heroicamente alcanzando no pocas victorias durante la Primera Guerra Mundial, estaba imbuido de valores occidentales y se vestía con trajes de corte ingles. Con el desmoronamiento del Imperio Ataturk se unió a los jóvenes turcos y comando sus tropas en contra de los griegos, los armenios, los franceses y los kurdos que intentaban hacerse con un bocado del Imperio Turco en plena etapa de desintegración. Durante esta guerra de independencia no pocas masacres y crímenes se cometieron.  Pero Atarurk salió victorioso e inmediatamente después emprendió una campana para modernizar a su país e insertarlo en el mundo moderno occidental. Para lograr esto puso muchas restricciones sobre la religión, las costumbres turcas y como decía también se ocupo de poner límites a las minorías que vivian en lo que sería el territorio turco. Hasta el día de hoy Ataturk es un líder respetado e idolatrado por la mayoría de la gente.

Volviendo al tema que nos compete, después de haber visitado Estambul no teníamos otro destino a donde ir en Turquía, solo sabíamos que poco a poco debíamos ir enfilando hacia el Oriente. Así que después de 10 días que disfrutamos caminando de acá para allá por las calles de la capital del mundo, nos vimos en la obligación de ponernos a pensar en nuestra próxima parada. Como siempre sucede la ruta se presento por si sola ante nosotros.

Un poquito caminando, otro poquitito a dedo y otro poquito en transporte público, visitamos las ruinas de Efesos, antigua ciudad griega y romana en excelente estado de conservación; discutimos sobre política e historia con nuestros anfitriones; nos bañamos en las piletas naturales de roca blanca de Pamukhale que están justo debajo de las ruinas de la antigua ciudad de Hieropolis; visitamos la secta de derviches fundada por Mevlana, también conocido como Rumi, que busca conectarse con dios a través de su danza única y llamativa donde los derviches se la pasan girando sobre sus propios pies en una posición particular; también fuimos a las antiguas ruinas de la ciudad de Olimpo y visitamos los fuegos eternos que salen desde hace mas de 2000 anos del corazón de la montana de Quimera, origen mitológico de los modernos juegos Olímpicos; caminamos por horas entre las miles de cuevas fantásticas que sirvieron como refugio de los antiguos cristianos; nuestros paladares saborearon los manjares del este de Turquía, que recibe toda la influencia de la comida árabe; paseamos por cuadras y cuadras de laberinticos bazares; visitamos además el primer santuario de la humanidad de más 12.000 anos de antigüedad y además de todo esto disfrutamos de la hospitalidad y la honestidad del maravilloso pueblo turco que nos alojo en sus casas, algunos incluso llegaron a cedernos sus camas y sus cuartos para que nosotros durmiéramos mientras ellos dormían en un sillón en el comedor; y además de toda la gente que nos llevo en sus autos o camiones con nuestras mochilas, nuestro poco turco y se animaron a compartir una charla en un idioma incomprensible para cualquiera que lo viera desde afuera.

Por todo esto y mucho más: GRACIAS TURQUIA!

Ahora se viene el plato principal: Irán.

Friday, January 10, 2014

Guerra mundial

Paz en el mundo.

Al menos paz entre los humanos, ¡el resto de los bichitos pueden morir en el infierno!.

Desde que tenemos conocimiento de que somos todos parte de una misma raza, es que estamos buscando otra especie lo suficientemente amenazante para unirnos y declararle la guerra. Hasta ahora los esfuerzos han sido infructuosos, con la terrible consecuencia de que nos seguimos haciendo la guerra entre nosotros.
Hemos apuntado nuestra mira hacia los leones, los tiburones, los osos hormigueros pero sin encontrar un némesis que aguante mas de un par de tiros de .22

Entonces nuestra mira se dirigió al espacio exterior. Desde que descubrimos que somos parte de un planeta y que allá afuera hay muchos otros planetas, y en última instancia muchas otras civilizaciones, es que estamos buscando un enemigo que una a todos los países del mundo, si claro está no para intercambiar conocimientos y pasarnos experiencias y contactos; los mejores científicos del mundo apuntan sus telescopios hacia el infinito y mas allá para encontrar extraterrestres a quienes hacerles la guerra, no nos engañemos.

Después de que se den las primeras formalidades del intercambio nos vamos a disponer a demarcar territorios y zonas de influencias sobre regiones intergalácticas, y de ahí a la formación de un ejército terrestre que pueda hacer frente a la “amenaza” alienígena. Inclusive si nuestra contraparte alienígena es tan pusilánime como el bicho de la película E.T. o tan dócil y simpático como M.A.C.; habría que declararle la guerra. No podemos, va con nuestro genio, es parte de nuestra humanidad podríamos decir, sino fíjense en todas las películas con alienígenas, cuantas hay que no traten de un intercambio “hóstil” de ideas e intereses ( a mí solo se me ocurrió una, no voy a decir cual), además con los mandarines del mundo encabezando la carrera intergaláctica está cuasi garantizado el intercambio armado de protones y rayos láser, no me cuesta mucho imaginar como sería el primer contacto entre un alienígena y un gringuito con sombrero de ala y todo el disfraz, con la mano sobre la pistola enfundada aún en su cinturón, listo para atravesarle la zabeca al maldito visitante de otro planeta, en el momento en que haga un movimiento amenazador.

O sí chicos y chicas la guerra con nuestro primer contacto extraterrestre está garantizada.

Pero nuevamente creo que hemos puesto la mira en el lugar equivocado y además es difícil decir cuanto tardaremos en encontrarlo, el enemigo mortal que estamos buscando tan desesperadamente para ponerle fin al flagelo de la guerra (entre los humanos, claro está), no está en el vacío e inhóspito espacio exterior, está literalmente justo en frente de nuestras narices, lidiamos con ellos o ellas (no estoy seguro), casi día a día y afecta a todos los países por igual, tanto a los Estados Unidos, como a Mozambique y a Italia, a Japón y a Bolivia, tanto a hombres pobres como a ricos, a petisos y mas bien altos, morenos y albinos; sí hombres, mujeres, travestis y transexuales del mundo, unámonos en contra de esta amenaza a la humanidad. Pongamos todos nuestros esfuerzos y nuestros recursos para eliminar de la faz de este, NUESTRO planeta tierra a este flagelo que ha atormentado al hombre desde el inicio de nuestros días hasta hoy, y que nuestros líderes no han sabido, o no han querido enfrentar, ¿por qué?, ¿por miedo? ¿o será por conveniencia? Ya no importa, no volvamos a hacer la guerra entre nosotros. Enfrentémonos de una buena vez a este némesis que parece indestructible y de unos reflejos sobrehumanos, además es inmune a las balas, rayos láser y según me confirman mis expertos es también inmune a la radiación; que nos ha hecho perder horas incontables de productividad y de gozo luchando contra él, y vaya uno a saber cuantas vidas se ha cobrado. Este ser que además de poseer una hostilidad inconmensurable y de moverse en hordas, vuela. Si damas y caballeros, ¡vuela!.

Entonces, ¿Qué estamos esperando? Unamos nuestros recursos, nuestras mentes y nuestros esfuerzos alrededor del globo y liquidemos de una buena vez a la común, corriente y molesta hasta el cansancio, mosca.


Comentario al pié: Esta revelación, la tuve  después de un día de trabajo al aire libre libre en el que me cansé de cachetearme la cara y de revolear los brazos al viento durante horas, intentando  mantener a este flagelo alejado. Sepan entender. 

Monday, November 4, 2013

Por la plata baila ...

Mierda. Ríos de mierda. Caca color marrón, verde, amarilla, líquida, pegajosa y maloliente solo como la mierda puede ser.
Cascadas y cascadas de orina caliente. El color ya lo conocen, podría decirles como huele y hasta el gusto pero vamos a omitirlos.
Y miles, y miles de tetas. De todos los colores y tamaños. Grandes, chicas, medianas, con forma de misil, aplastaditas; blanquitas, morenas, rosáceas. De todos los gustos y colores habidos y por haber.
Si, podría parecer una pesadilla, o una fantasía sexual escatológica de esas que no discutimos ni con amigos, ó ambas dos; pero no, es sólo mi trabajo.
Y sí, adivinaron estoy trabajando en un tambo. 



Wednesday, June 19, 2013

La rutina y otros flagelos de la modernidad

 Si alguien se siente identificado, yo no me hago cargo.

Hoy en día parecería que todos tendemos hacia un mismo camino, o apuntamos hacia una misma forma de desarrollo o crecimiento personal. Desde pequeños se nos inculca la estructura que debe tener nuestra vida:
Completar la escuela, seguir una carrera, conocer a una chica buena, trabajar en una empresa, hacer carrera, casarse, tener hijos, mantenerse en el trabajo, ser abuelo, y envejecer lo mejor posible hasta que la muerte nos alcance lo mas tarde posible.

Pero lo que no nos damos cuenta es que la vida está llena de imprevistos que seguramente alterarán nuestros planes rotundamente, o que los truncarán del todo. La vida está llena de “accidentes”, situaciones inesperadas y lamentablemente también de nuestra amiga que nos sigue a todos lados, la parca. No tenemos forma de saber de antemano cuando se va a terminar nuestra vida. Parecería que por eso mismo buscamos a toda costa movernos en ámbitos y situaciones donde el riesgo de perder la vida sea el mínimo posible, es decir donde la posibilidad de que suceda algún accidente sea lo mas cercana a 0, y evitamos involucrarnos en cualquier circunstancia que ponga en riesgo nuestra vida, es decir nos volvimos unos cobardes.

Es por esto que nos creamos estructuras mentales y cotidianas, que nos llevan a circular por la vida y por el mundo prácticamente sin sobresaltos. Esas estructuras son mejor conocidas como “rutinas”.

La rutina es una estructura mental que nos formamos para evitar encontrarnos con cosas nuevas, posiblemente malas o desagradables, o que simplemente nos dan miedo. La rutina se ve en todo, desde lo que hacemos en el día a día, los lugares donde vacacionamos, los amigos que frecuentamos, las cosas que hacemos y como las hacemos. Cuando vivimos una vida rutinaria buscamos seguir siempre el mismo camino pre armado y pre estructurado, si concretamos una salida con amigos, solemos ir a un lugar conocido, evitamos aquellos sitios donde pueda haber personas que no conozcamos, o comemos constantemente las mismas comidas, el mismo menú semanal, cada siete días, por miedo a tener que probar algo que no nos guste. Esos son varios ejemplos de como nos creamos una vida rutinaria. Como nos creamos nuestra propia jaula.

Generalmente vida rutinaria y sedentarismo van de la mano pero no necesariamente.

Al aceptar una vida rutinaria buscamos básicamente evitarnos sorpresas, vivir mas cómodamente y en este sentido respondemos a nuestros miedos, y nos dejamos guiar por ellos.

Pero no nos damos cuenta que justamente son las cosas nuevas las que nos hacen crecer como personas, desarrollarnos, intelectual, emocional y socialmente. Son los nuevos desafíos y las nuevas aventuras lo que nos exige a hacer uso de nuestro habilidades, de nuestras experiencias previas y de nuestra inteligencia. Básicamente son las cosas nuevas las que nos mantienen vivos. En pocas palabras lo que intento decir es que es muy importante hacer un esfuerzo por escaparle a la rutina. El solo hecho de intentarlo demuestra que aun nuestra voluntad no fue derrotada por las fuerzas del sopor.  

Como decía antes nos hemos vuelto unos cobardes, que dejamos de hacer cosas por el riesgo que esas cosas conllevan, porque nos dejamos gobernar por el miedo último que es el miedo a perder la vida.

Pero, ¿cómo escapamos de la rutina? ¿O cómo salimos de esas estructuras mentales que nosotros mismos nos formamos?

La respuesta es simple, forzándonos a cambiar. A aceptar nuevas cosas, nuevos desafíos.

La mejor forma de escapar de la rutina es sin lugar a dudas viajando. Los mayores cambios son los que nos hacen salir mas fácilmente de la rutina, aquellos que nos ponen en puntas de pies, que nos hacen levantar los oídos, y abrir bien los ojos. El mejor ejemplo es viajar, cambiar de trabajo, de pareja, de vivienda. Pero admito que el viajar es un lujo que no todos pueden darse, ya sea por cuestiones monetarias, sociales u otras, pero para aquellos que pueden darse el lujo de viajar y no lo hacen, en mi humilde opinión eso es un pecado.

También se puede escapar de la rutina en los actos mas pequeños y cotidianos. Por ejemplo cambiar la rutina puede consistir en salir a lugares nuevos, con nuevos amigos/ as. Probar platos diferentes, empezar a hacer cosas con la mano menos hábil, practicar sexo en una nueva posición, cambiar el camino que tomamos todos los días al trabajo, etc, etc. Las posibilidades son infinitas, lo que importa es mantener constantemente el cerebro despierto y atento, forzándolo a no estancarse, no dejarse estar.

Uno nunca debe sentirse cómodo. Sentirse realizado completo, es sinónimo de quietud, del “ya está”. La vida debe ser un constante desafío, una vida sin desafíos, sin exigencias, una vida rutinaria y eso para mí es igual a la muerte.

¿Se acuerdan cuando fueron a un zoológico? Esos bichos que no tienen preocupación alguna, tienen un techo, comida y están salvados de ser morfados por un depredador mas grande que ellos, uno diría: “es la vida perfecta, ¿no? No les falta nada, y no tienen preocupación. Sin embargo están hastiados y se les ve en los ojos, se nota a kilómetros que no están contentos, que prefieren estar en la selva, o en la sábana o en donde sea, pero donde puedan vivir su vida, pasar hambre y frío pero ser libres. No me puedo sacar de la cabeza la imagen del oso polar en el zoo de Buenos Aires, o el tigre de Bengala en otro lugar, desesperados caminando de una punta a la otra de la jaula, como queriendo gastar sus energías, desesperados por salir de esa jaula y correr y correr. Enfrentar a la vida, a la muerte, rebuscárselas todos los días para comer y tener donde dormir, sin saber que mierda van a encontrar a la vuelta de la esquina. De eso se trata vivir, ¿no?

En el mundo moderno nosotros construimos nuestra propia jaula, nos encerramos en paredes de rutinas, convenciones sociales y comportamientos aprendidos y repetidos sin pensar. Evitamos a toda costa encarar nuevos horizontes, plantearnos nuevos desafíos, exigirnos a nosotros mismos. Buscamos simplemente llegar a un estado óptimo de comodidad, que requiera de nosotros el menor esfuerzo posible, y que nos garantice una vida larga y tranquila. Como si el éxito de una vida se midiese por la cantidad de horas que uno vive, y no por la calidad de esas horas vividas. Para resumirlo con una frase trillada “La vida no se mide por la cantidad de respiros, sino por los momentos que te quitan el aliento”.

En concreto, no creo que tener garantizado, el techo, la comida y la vida hasta que se nos caigan los dientes pueda llamarse vida. Una existencia sin sobresaltos, sin exigencias es lo mismo que vivir encerrados en una jaula. Con toda la seguridad, la tranquilidad y la comodidad que eso nos pueda llegar a traer. 

Si todavía no se cansaron de leer, recomiendo que lean el post "Sobre el miedo y los viajes".

Saturday, April 13, 2013

Un mes después


Hace ya un mes desde que nuevamente deje la ciudad la furia y ha pasado mucha agua por debajo del puente.

Antes que nada sepan disculpar la demora y lo largo del blog.

Empecemos por el principio. 

Viajar, no es sólo conocer un país diferente, ver monumentos y sitios históricos o dejarse perder por caminos inexplorados. También se trata sobre salir de tu círculo de gente conocida (¡NO ESTOY DICIENDO QUE TENGA NADA DE MALO!!!), conocer nuevas personas, nuevas formas de relacionarse, de encarar las cosas, básicamente gente que nos pueda llegar a enseñar algo nuevo. Entiendan que viniendo de una persona bastante “antisocial” y solitaria, que no se siente cómoda en un boliche, y que no tiene problema en ir solo al cine, a la playa, o salir a caminar acompañado solo por el reflejo de la luna, llegar a esto es todo un hito. Pero sí, hacer nuevos amigos, es parte importante del viajar.  Quizás una de las mas importantes. Los amigos que uno hace viajando son amigos de por vida, porque se comparten experiencias únicas y el vínculo se hace fuerte ante las dificultadas inherentes que tiene el viajar. También la gente que conocemos cuando viajamos nos ayuda a descubrir un mundo nuevo.

Llegué a Sydney después de 16 largas horas de viaje y como viviendo en un deja vu trate de recordar como moverme por las calles de Sydney para encontrar el bendito hostel que había reservado unos días antes por Internet, el hostel mas barato que la red de redes me permitió ubicar desde la distancia. La memoria me fallo y los sentidos me traicionaron y me costó encontrar el edificio que contenía el cuarto con ocho camas y que albergaría mi cuerpo cansado entre las calles de esta hermosa ciudad y su no menos impresionante bahía. Y caminar sin rumbo con una mochila de 25 kilos en los hombros no es la fantasía de nadie.  

Lamentablemente la mayoría de los hostels en Sydney parecen inspirados en el cubismo norcoreano. Grandes edificios, con cientos de cuartos, y en cada cuarto todas las camas que se puedan apilar. El resultado una institución completamente despersonalizada y antisocial, nadie conoce a nadie. Personalmente prefiero versiones mas chicas, así que cuando me dijeron que la mañana siguiente tenía que dejar el hostel, por falta de lugar, no me disgusto demasiado la noticia. Aproveché para darle una nueva oportunidad a Couchsurfing. Para los que no lo conocen Couchsurf es una red social que ayuda a acercar a individuos dispuestos a compartir su casa, y mostrarle la ciudad a perfectos desconocidos, y visitantes de otros países / regiones buscando un techo donde quedarse y porque no, un nuevo amigo.

A través de la página, y un poco de forma urgente ya que tenía que conseguir donde quedarme la noche siguiente, me puse en contacto con un tipo que me pidió encontrarnos en la ciudad para conocernos, antes de dejarme entrar en su casa.
Así es como conocí a Rowen, australiano cincuentaynueveañero, de cara simpática  y medio regordete, aeromozo / oficial de a bordo o como quieran llamarlo, retirado de Qantas. Y algo más, gay. Me contó un poco lo que hacía, y aprovecho para  presentarme a otro couchsurfer que se estaba quedando con él hacía ya mas de un mes, Dudley. Un inglés que versa los dieciocho inviernos, que como muchos de sus compatriotas escapaba de una vida dificil en la madre Inglaterra, hacia un lugar mas caluroso y acogedor que las frías y húmedas calles de Southampton. Heterosexual. Parece haber vivido mas de una vida, lleva su pelo rubio largo, y una extraña barba tipo vikinga, juega el papel de tipo rudo y curtido de los barrios bajos southhampeteros???. Juntos parecen una dupla salida de una película de Alex de la Iglesia. Una dupla dinamitera.

Decir que la futura convivencia con estos raros ejemplares de la viña del señor me causaba preocupación es quedarse corto.  Pero la necesidad de tener un techo y un sillón donde dormir, y el deseo de escaparle a la futura alienización a través de los hostel, pudo mas que mi miedo a ser sodomizado.

Al llegar a la casa, el panorama no fue mas alentador. Nos recibió alegre una mezcla de lassie con pequinés, Gidget, en un comedor rodeado por peceras y cachivaches por todos lados. Miedo.

Además del sillón prometido, Rowen no tenía problemas en darnos de comer y si necesitaba ayuda, de proveernos de trabajo, limpiando los deptos que alquilaba.

Rowen, Gidget, Agus y Dudley (con el pelo corto)
Los primeros días pasaron sin pena ni gloria, y la convivencia fue muy buena. Rowen y Dudley aprovechaban los fines de semana para salir en el auto básicamente a cartonear. La gente de Sydney deja en la calle las cosas que ya no usa, desde viejas escobas a televisores plasma que no andan, y ellos aprovechaban la generosidad de sus vecinos, para acumular mas y mas cachivaches en la casa, pronto me di cuenta que esto era una suerte de adicción. Pero también advertí que nadie planeaba adormecerme con un algodón mojado en éter y hacerme su gimp. Fue entonces cuando empecé a disfrutar y a valorar la compañía de esta gran persona y su secuaz. Rowen no tiene problema alguno en dejar entrar a su casa a mochileros de todo el mundo. Realmente un gran tipo, abierto, sincero y sencillo.

En un principio el plan era quedarme en la casa de Rowen dos o tres días que terminaron convirtiéndose en mas de diez. Aproveché esta gran ayuda que me brindo mi nuevo amigo, para dedicarme a la búsqueda laboral.

Dejé la comodidad del hogar pasajero detrás de un supuesto laburo permanente que no resultó ser tan así, pero que me obligó a mudarme al norte de la ciudad, al equivalente al Tigre de Sydney, que es Avalon, donde estoy ahora, nuevamente en la búsqueda de un trabajo permanente, y donde por el momento me mantengo haciendo changas, surfeando y mejorando mi castellano.

También pude compartir con mi hermano de viajes y su novia un par de días que nos sirvieron para ponernos al tanto, y desearnos la mejor de las suertes en el viaje que cada uno emprende por diferentes caminos.


Lo bueno de Australia es que dos días de trabajo son mas que suficientes para pagar mi alojamiento y comida, así que ando sin demasiado apuro. 

Esperando que poco a poco pasen los días para la llegada de mi gordita, Mai que cada día que pasa falta menos para que se sume a este nuevo viaje.


Hasta ahí las novedades. Prometo mantenerlos al tanto. 


Tuesday, February 12, 2013


Como ocasionado por un extraño signo del horóscopo o quizás relacionado con el poder gravitatorio de un astro desconocido, el primer domingo de cada mes, y la primera noche de luna llena por las callecitas de Buenos Aires se da un hecho inédito e inexplicable.
Una víbora inmensa sin cabeza, ni cola, serpentea interminable por los barrios porteños anárquica y sin sentido aparente.
Su cuerpo está compuesto por escamas por miles de colores, de diferentes edades, lugares y orígenes sociales, su forma va cambiando para adaptarse al camino por el que circula. A veces es gruesa como una avenida y larga como una cancha de fútbol, otras no es más ancha que una callecita normal, aunque larga como un tren de carga. Pero para la gran mayoría de testigos que la han visto pasar su volumen es indescifrable e inabarcable. Nadie sabe cuantas cuadras ocupa, donde empieza ni donde termina, pero todos reconocen que es gigantesca y a su vez impresionante.
Circula por las calles derrochando “buena onda”, alegría y en plena paz. Recorre a paso lento pero incansable, como si de pasear se tratase, los diferentes barrios de la ciudad, sin rumbo definido y con final desconocido. Solo se sabe que el origen de tan mágica aparición es el gran Obelisco porteño.
Aquellos transeúntes que la ven pasar por primera vez quedan atónitos ante semejante imagen: “¿qué significa esto?, ¿por qué está acá? ¿cómo llegó y a dónde va? Y no pocos preguntan,  ¿cómo formo parte de ella?”.
En su vientre están las esperanzas de todos los que sueñan con una ciudad distinta, quizás hasta con un mundo mejor. Lleva niños y gente mayor, jóvenes y no tan jóvenes y gente de todos los sexos. No hay ricos, ni pobres; no se trata de una tribu urbana, o de un partido político. Todos viajan mezclados en su estómago sin ningún sentido ni orden y es imposible distinguir el uno del otro. Todos tienen algo en común: fluyen por las calles y avenidas montados sobre bicicletas, tablas de skate, patines y otros medios con el denominador común que no usan mas fuerza que la fuerza de sus piernas y el calor de la sangre de su dueño. 
Todos comparten un sueño, ese sueño es que algún día todos usemos un medio de transporte mas sencillo, menos contaminante, menos violento y mas amigable, y que así construyamos de a poco un mundo mejor. 

Todo fluye. Todos somos MASA CRITICA.
Agus Claret